*Los más grandes logros caminan despacio
La consolidación de la democracia en México aún parece lejana, a lo largo de 214 años de independencia ha sufrido arteros golpes, como el asestado por Porfirio Díaz que quiso morir en el poder pero un grupo de guerrilleros y revolucionarios lo sacaron de Palacio Nacional y lo expulsaron del país; entre revueltas y traiciones el México de la revolución batalló para estabilizarse. En 1929 cuando se funda el Partido Nacional Revolucionario por Plutarco Elías Calles, la libertad de elección parecía tomar un rumbo pero nada, pronto unos cuantos se apropiaron de esas siglas y con cuchupos y componendas se eternizaron en el poder hasta el año 2000.
En 1939, un intelectual chihuahuense, Don Manuel Gómez Morín, funda al lado de otros grandes pensadores el Partido Acción Nacional con el objetivo de generar conciencia política entre los nuestros, no era participar en elecciones su intención primera, nacía una oposición doctrinaria, organizada, con gente de peso que defendía una causa, pero hoy, como lo hizo el PNR después PRI en su momento, sobre todo a partir del triunfo de Fox en el 2000, el PAN se convirtió en refugio de oportunistas, de gavilla de bandoleros con corbata, capaces de hacer cualquier cosa con tal de llegar al poder, filosofía opuesta a los fines para los cuales fue fundado el PAN.
La izquierda, aunque toma fuerza y forma a partir de la matanza de estudiantes en la plaza de Tlatelolco en 1968, en México existía ya, incluso antes que la emblemática Cuba con Don Lázaro Cárdenas del Río. Partidos como el Popular Socialista de Don Vicente Lombardo Toledano, el Partido Comunista Mexicano, el Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Socialista Unificado de México, fueron instituciones llenas de idealistas que nada lograron en las elecciones. Fue, a través de la representación proporcional como la oposición pudo tener representatividad en el Congreso.
Fue hasta 1988 cuando Cuauhtémoc Cárdenas, inconforme por el nombramiento de Carlos Salinas de Gortari como candidato del PRI a la grande, decide buscar una coalición de partidos de izquierda entre ellos el PSUM, para competir con la bandera del socialismo a la Presidencia de la República, la cual dicen que ganó, que hubo fraude, el aquel vergonzoso episodio en el que se cae el sistema de conteo de votos controlado por el gobierno y se recuperan con Salinas como ganador.
Se forma entonces el PRD como una fuerza unificadora de las izquierdas, así compite en las elecciones presidenciales de 1994 y 2000 con el mismo Cuauhtémoc Cárdenas, el 2006 y 2012 con Andrés Manuel López Obrados, hasta que el 2016, el hoy Presidente de la República funda el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que vuelve a dividir a las izquierdas.
AMLO se convierte entonces en un líder opositor que capitalizó los horrores del pasado priísta y panista para consolidar su movimiento y llegar sin duda alguna a la Presidencia que hoy ocupa.
Para el 2021, lo impensable, el PAN y el PRI empiezan a tejer una alianza para oponerse a políticas públicas impulsadas por el gobierno de izquierda, alianza que se consolida en 2024, el año que corre, y entonces van juntos por la Presidencia de la República con el anterior partido de AMLO el PRD.
En esa circunstancia los mexicanos llegaremos, si no es que ocurre otra cosa, a la elección presidencial a la que habremos de considerar también, un tercer partido en discordia como lo es Movimiento Ciudadano.
En el México de altas y bajas, de personajes que van de unas siglas a otras defendiendo más intereses personales que colectivos; en el México de las traiciones, de los intereses económicos, de los gringos en pos de nuestra riqueza, el México de los criminales que han implantado su propio gobierno y que de apoco van sometiendo territorios a su arbitrio; el México de la justicia y gracia para los de arriba y solo justicia a los de abajo; el México de los 180 mil muertos en forma violenta, es el México de ayer.
El México de hoy podemos cambiarlo con el voto, este domingo 2 de junio salgamos a las calles, llenemos las urnas con nuestros votos, votemos por el que nos parezca mejor o menos peor pero votemos, levantemos la cabeza, ya los partidos y sus candidatos hicieron lo propio, ahora las calles y las plazas y el México todo es nuestro, salgamos a votar y si mañana la futura autoridad falla o acierta, que el acierto o la falla sea de todos.
El Voto va por México. México, creo en ti como en el vértice de un juramento, tu hueles a tragedia tierra mía y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa, es la envoltura de un dolor callado, México, mi voto, va por ti.
Amigos nuestros por hoy es todo, ay mañana a ver qué pasa.
