No me extrañó el tono de Xóchitl Gálvez en su cierre de precampaña, desde que prevaleció la estrategia de ir contra López Obrador en vez de contra su Juanita, la candidata del Frente ha ido despertando simpatías. Pero a decir verdad no la creí capaz de una pieza como la que nos ofreció el domingo, es la mejor interpretación de lo que sucede en el país y sólo diciendo verdades completas, sin necesidad de agregados.“Con este gobierno, con este presidente, México está perdiendo tres valores fundamentales: el valor a la vida, el valor a la verdad y el valor a la libertad” y después argumenta describiendo hechos incuestionables de la vida cotidiana nacional, las razones que justifican las tres pérdidas. No creo que haya sido su propósito, pero los veo en contraposición a los tres principios que postuló López Obrador en su campaña; “no mentir, no robar y no traicionar”.
Lo que ha sido su gobierno, es una mentira tras otra, por eso estamos perdiendo el valor de la verdad; lo que ha sido su gobierno, es complicidad con el crimen y la negligencia que terminó con la vida de un millón de mexicanos, por eso perdemos el valor de la vida; lo que ha sido su gobierno es una ensarta de acusaciones a quienes piensan diferente y se resisten a la sumisión abyecta, por eso perdemos el valor de la libertad.Aparte de mostrar rigor, el discurso de Xóchitl es valiente. Dice verdad sin exagerar, sólo mostrando la realidad incómoda que todos podemos constatar: la falta de medicinas para niños con cáncer, la pésima gestión de la pandemia, los abrazos al crimen y los 170 mil muertos, los insultos diarios, la persecución, las amenazas a sus detractores. Me dio gusto ver una candidata empoderada en sí misma.Lo han interpretado como el relanzamiento de su campaña, digamos que “un segundo tocar las puertas de palacio”. Considero que no, pienso que más bien asistimos al principio de la verdadera campaña, paradójicamente cuando acaba de terminar la primera parte. ¿Cómo mantenerse en la cresta de aquí al primero de marzo, cuando inicie la campaña?. Imposible, este impass absurdo relajará necesariamente los ánimos, sin embargo el tono está marcado. De ahí todo hacia arriba.Lo que si veo es una campaña muy competida, no de Xóchitl contra Claudia, dejándolas solas nada tendría que hacer la Juanita. La competencia real es contra el poder del Estado y la obstinación de un presidente alucinado por imponer el populismo en el país, al precio que sea. Ahí están delimitados los campos de batalla; López Obrador y su ejercito de súbditos construyendo una elección de Estado, Xóchitl y la sociedad intentando conjurarla.
La diferencia es que hoy tenemos otra razón para el optimismo, existe una ventaja competitiva que cada día será más obvia; López Obrador ya no posee el patrimonio de la verdad, ya no le es suficiente descargar culpas sobre el prian ni solventar su desastroso gobierno insultando a los opositores. El caos hacia donde lleve el país finalmente lo alcanza. Ojalá no sea demasiado tarde, otro sexenio como éste y terminamos en la industria del trapiche que tanto añora.
